Desapariciones con nombre y apellido
Cada 30 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Una oportunidad para exigir que las víctimas no caigan en el olvido, para promover el derecho a saber la verdad y para tomar las medidas necesarias para que este delito no quede impune.
En ocasión de un día tan especial, en Infosegura hemos querido ir más allá de las cifras y de los datos y poner rostro humano a las miles de personas que siguen desaparecidas a través de las historias de algunas de ellas. Este es nuestro homenaje.
Betzabé López y Verónica Yamileth Larios
El 1 de septiembre de 2016, en el municipio de Amatitlán en Guatemala, fueron encontrados
los cuerpos de dos mujeres reportadas anteriormente como desaparecidas, el de Betzabé López, una adolescente de 15 años, y el de Verónica Yamileth Larios, una joven de 25. Jamás se identificó a ningún sospechoso.
Según datos del Proyecto Regional Infosegura, la iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en América Latina y el Caribe en colaboración con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), en Guatemala desaparecieron 37,526 personas entre 2009 y 2022. De ellas 22,127 eran mujeres, la mayoría niñas de 13 a 17 años.
Carlos Emilio Reynosa
Tenía 44 años, llevaba la mitad de su vida trabajando como taxista en San Salvador, la capital de El Salvador. Carlos Emilio Reynosa salía cada jornada con la incertidumbre de que un día pudiera ocurrirle algo, pero con la necesidad de ganar el sustento para su familia. El fatídico día fue un 18 de noviembre de 2018, cuando Carlos Emilio no volvió a casa y nunca más se supo de él. Casi cinco años después, sus familiares lo siguen buscando.
En El Salvador, la desaparición de personas se incrementó en un 28.2 % en el primer trimestre de 2023 respecto al primer trimestre del año anterior (132 personas fueron declaradas desaparecidas por la Policía Nacional Civil), según el Análisis de la violencia homicida en El Salvador Enero-marzo 2023, elaborado por Infosegura a partir de datos oficiales.
Daisy Acosta
Daisy Azucena Acosta desapareció el viernes 23 de junio de 2023 en la colonia Planeta de San Pedro Sula (Honduras) cuando iba camino de su trabajo. Sus familiares reportaron la situación ante la policía. Al día siguiente, los vecinos de la colonia San Francisco vieron un vehículo desconocido que acababa de estacionar en un lugar no permitido. Cuando las autoridades llegaron descubrieron un cadáver en el interior del carro. Era Daisy Acosta.
Según el Análisis sobre la situación de la violencia y seguridad ciudadana enero a diciembre 2022 de la Subsecretaría de Asuntos Sociales de Honduras, elaborado con el apoyo de Infosegura, solo el año pasado se reportaron 940 desapariciones. En la última década el número asciende a 9,838 personas.
Alba España y Keneth López
Alba Mishel España tenía ocho años, vivía en Camotán, Guatemala. Desapareció el 14 de junio de 2007, un día antes de cumplir nueve años. Su cuerpo fue localizado poco tiempo después con signos de violencia. Se juzgó y condenó a dos mujeres que secuestraron a la niña con la intención de venderla.
Keneth Alexis López tenía cuatro años cuando desapareció el 16 de diciembre de 2009. Vivía en Jalapa, también en Guatemala. Unos días más tarde encontraron su cuerpo enterrado en el patio de una casa vecina. Otras dos mujeres fueron condenadas por el secuestro de Keneth con fines de trata.
Tras aquellos dos casos, la presión social y de organizaciones como UNICEF o la Fundación Sobrevivientes, logró modificar el protocolo de actuación en caso de desaparición.
Hasta ese momento había que esperar entre 24 y 48 horas después de la desaparición para activar el protocolo de búsqueda, tiempo vital para recuperar a un menor. Desde entonces, se activa la llamada Alerta AlbaKeneth que, desde el momento de la denuncia, moviliza a diferentes instituciones nacionales (Policía Nacional Civil, Ministerio Público, Procuraduría General de la Nación, entre otros), así como a los servicios de emergencias, medios de comunicación y cualquier otro que puedan apoyar en la búsqueda.
Heriberto Antonio González Larios
En 2010, el hijo de María Elena Larios, Heriberto Antonio González, dejó su hogar en El Salvador en busca de una vida mejor en el norte. Le dijo a su madre que quería irse, pero ella desaprobaba sus planes. María Elena le dijo que no era una buena idea, que era un viaje muy peligroso. Se despidieron en la puerta de su casa y, desde entonces, no ha vuelto a verlo. Más de una década después, María Elena sigue buscando y se niega a renunciar a la esperanza de que siga vivo. Aún habla de Heriberto en presente.
La familia y los amigos de las personas desaparecidas sufren una angustia mental lenta, ignorando si la víctima vive aún y, de ser así, dónde se encuentra recluida, en qué condiciones y cuál es su estado de salud. Además, conscientes de que ellos también están amenazados, saben que pueden correr la misma suerte y que el mero hecho de indagar la verdad tal vez los exponga a un peligro aún mayor.
María Isabel y Claudina
María Isabel tenía 15 años cuando desapareció. Una mañana de diciembre de 2001 salió de su casa para ir a trabajar y dos días después su cuerpo fue encontrado con signos de tortura y violación. Cuando su madre denunció la desaparición, ninguna autoridad la quiso escuchar. Claudina Velásquez, una estudiante de derecho de 19 años, salió de fiesta una noche de agosto de 2015 y nunca regresó a casa. Sus restos fueron encontrados a unos kilómetros de distancia también con señales de violencia. Al denunciar la desaparición, la policía le restó importancia y comunicó a sus familiares que no se preocuparan, que su hija seguramente estaba pasando la borrachera con unas amigas. Son dos de las jóvenes de una larga lista pero, en su caso, dieron nombre a la Alerta Isabel-Claudina, un mecanismo de búsqueda inmediato creado en el año 2016 por el Gobierno de Guatemala.
Guatemala, Perú, El Salvador, Argentina, Colombia y Chile son, junto con Irak, Sri Lanka, Argelia y Pakistán, los países con mayor cantidad de desapariciones forzadas en los últimos 40 años.
Según la Declaración sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, aprobada por la Asamblea General de la ONU en 1993, se producen desapariciones forzadas siempre que "se arreste, detenga o traslade contra su voluntad a las personas, o que estas resulten privadas de su libertad de alguna otra forma por agentes gubernamentales de cualquier sector o nivel, por grupos organizados o por particulares que actúan en nombre del Gobierno o con su apoyo directo o indirecto, su autorización o su asentimiento, y que luego se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas personas o a reconocer que están privadas de la libertad, sustrayéndolas así a la protección de la ley".
Nota: Todos los casos son reales y han sido recopilados de diferentes medios de comunicación, ONGs y organismos internacionales.