Cuando volver es posible

Regresar a casa es un deseo para muchos migrantes, sin embargo, la reintegración no siempre es un camino sencillo.

Miguel Ayala (foto superor), nació en Cofradía, un pueblo al norte de Honduras. La falta de oportunidades le obligó a tomar una decisión que cambiaría su vida: buscar un nuevo futuro fuera del país. Ayala fue una de las miles de víctimas que cada año mueren o resultan gravemente heridos en su camino hacia una vida mejor. En su caso perdió las dos piernas. 

Miguel decidió regresar a Cofradía. Pese a las limitaciones, ha sido capaz de adaptar toda su maquinaria para poder ofrecer una variedad de productos de madera y vivir de ello. 

Pedro Madrid, oriundo del municipio de Villanueva, también en el norte hondureño, formó parte de esas caravanas humanas que dejaban Honduras en busca de un futuro más próspero en el norte rico. Tras varios días de penurias llenos de peligros, decidió darse la vuelta. Ahora tiene su granja de gallinas y tienda de motocicletas.

 

Pedro Madrid, migrante Hondureño retornado.

Pedro Madrid indica que el simple hecho de decirle a su familia que abandonaría el país fue un momento extremadamente duro. Ahora tiene su granja de gallinas y tienda de motocicletas. Foto: OIM Honduras/ S. Lagos.

 

La felicidad de volver al hogar no garantiza una transición sin desafíos. El reencuentro con las condiciones que inicialmente impulsaron la migración puede ser desolador. Jenny Vásquez, quien se había trasladado a España, regresó a Honduras después de enterarse de que su hogar en Chamelecón fue devastado por las tormentas Eta e Iota. 

“Eso me motivó a regresar a Honduras, mis hijos aún seguían aquí y luego de lo sucedido sentía que tenía que estar con ellos. Quedé muy impactada por cómo las lluvias habían dañado todo”, recuerda Jenny. “Sin embargo, fue muy complicado al principio, no sabía ni por dónde empezar de nuevo”. Hoy Jenny regenta un salón de belleza que le permite sostener a su familia. 

 

Jenny Vasquez, migrante hondureña retornada.

Jenny Vásquez trabaja en su salón de belleza al regresar a Honduras. Foto: OIM Honduras/ E. Canales.

 

El aumento del retorno de migrantes, especialmente desde México y Estados Unidos, ha llevado a Honduras a mejorar sus mecanismos de atención a los repatriados. Un buen ejemplo de esto son los Centros de Atención al Migrante Retornado (CAMR). A pesar de estos esfuerzos, el desafío ahora es asegurar una verdadera reintegración a largo plazo.

El Pacto Mundial sobre Migración enfatiza la importancia de una reintegración completa, otorgando acceso a servicios esenciales. En respuesta, con el apoyo de la USAID, la OIM en Honduras lanzó el programa Respuestas Integrales sobre Migración en Centroamérica (IRM por sus siglas en inglés). Esta iniciativa busca empoderar a las personas retornadas a través de la formación técnica, el apoyo psicosocial y la ayuda para emprender. Miguel, Pedro y Jenny son ejemplos de que se puede volver y tener una vida digna. 

Gracias a este proyecto, cerca de 2,000 hondureños han recibido la ayuda necesaria para emprender y fortalecer sus habilidades.

"El camino de regreso no fue sencillo, pero ahora celebro la autonomía y prosperidad que he logrado con mi esfuerzo y apoyo externo", comparte Pedro con una mirada llena de gratitud y esperanza.

Este artículo fue creado a partir de los escritos de Erick Escoto e Ismael Cruceta del departamento de Comunicaciones e Información Pública de la OIM Honduras.
Foto de apertura: Miguel Ayala ha sido capaz de adaptar toda su maquinaria para poder ofrecer una variedad de productos de madera. OIM Honduras/ S. Lagos.