Construyendo el camino hacia una convivencia pacífica entre la población migrante y residente en la zona del Darién

Migrants venezolanos en Darien, Panama.
Foto OIM/Gema Cortés.

El enorme flujo de migrantes registrado durante los últimos meses ha desafiado a las instituciones nacionales y a las comunidades locales en la región fronteriza entre Panamá y Colombia, transformando drásticamente el panorama de esta zona.

El lugar en concreto es el Parque Nacional Darién, sobre todo la Comarca Emberá Wounaan, que ha visto pasar a más de 330,000 personas entre enero y septiembre de 2023. Estos movimientos migratorios representan retos tanto para quienes cruzan la inhóspita selva y se enfrentan a peligros relacionados con grupos criminales, como para las comunidades indígenas cuya forma de vida y cultura han cambiado de la noche a la mañana.

La convivencia pacífica está en la base del desarrollo humano y es fundamental para crear sociedades justas e inclusivas. La inseguridad y la delincuencia socavan la capacidad de las personas de construir comunidad y erosionan la confianza en las instituciones y en la democracia. Además, generan costos elevados, desde el gasto público en seguridad hasta costos irreparables en la vida y la integridad física de las personas.

En respuesta a esta situación, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través del proyecto regional Infosegura en alianza con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) han decidido trabajar junto a instituciones nacionales y locales y las propias comunidades, para mejorar la gestión y el análisis de la información que facilite intervenciones integrales y basadas en datos sobre la población migrante y la población residente en la zona del Darién. El objetivo es identificar soluciones efectivas, colaborativas y sistémicas que aborden los desafíos de convivencia, conflictividad e inseguridad ciudadana en la región del Darién.

Los aliados de Infosegura en este proyecto serán la Fundación Almanaque Azul, una organización dedicada a proteger la diversidad natural y cultural de Panamá a través de la educación y la investigación; y la organización Geo Indígena, una sociedad sin fines de lucro, cuyo mandato es responder a las necesidades de demarcación, mapeo o cartografía de las tierras y territorios colectivos y comarcas indígenas en la República de Panamá.

El resultado esperado será una metodología de consulta ciudadana que continúe el proceso de gestión integrada de datos, información y soluciones en la zona de tránsito de migrantes en Darién. Se centrará en la gobernanza territorial, medios de vida, abordaje de situaciones de violencia y conflictividad, así como en el planteamiento de soluciones alternativas en colaboración con migrantes y la población de acogida para futuras acciones en la zona.

 

Vista aérea de la selva de Darién en Panamá.

Vista aérea de la selva de Darién, en Panamá. Foto: OIM/Gema Cortes.

Tres experiencias con distinto resultado
En la región de Darién, las comunidades de acogida han enfrentado una serie de desafíos únicos debido a la dinámica migratoria. En medio de los flujos de migrantes, han surgido diferentes respuestas y realidades.

Una de las comunidades receptoras activas en la región es Canaán. A lo largo de varios años de flujo migratorio, Canaán ha adoptado una actitud positiva hacia los migrantes. Sin embargo, este cambio de dinámica ha tenido un impacto en la forma de vida de la comunidad. Las actividades previas, como la agricultura familiar y la pesca artesanal, han sido abandonadas en gran medida, reemplazadas por servicios de transporte fluvial, hospedaje y alimentación para los migrantes. Aunque estos cambios han generado ingresos adicionales para la comunidad, también ha cambiado la dinámica social y comunal, como por ejemplo en la educación de niños y jóvenes locales.

La experiencia de La Peñita: Una solicitud de retorno
Otra comunidad, La Peñita, tiene una historia diferente. Después de haber solicitado el cierre de la Estación Temporal de Recepción Migratoria (ETRM) que acogía y su traslado a otras localidades, la comunidad reclama ahora el retorno de la población migrante. La razón es que la comunidad local no ha podido reanudar sus actividades económicas y productivas anteriores a la llegada de los migrantes. Esto ha llevado a la emigración de su población en busca de oportunidades en Ciudad de Panamá.

El caso de Bajo Chiquito: Tensiones y conflictos
En contraste, la presencia del Servicio Nacional de Fronteras y la ETRM en Bajo Chiquito ha generado tensiones y conflictos que han tenido un impacto negativo en la convivencia. Las autoridades y la población han tratado de regular el ingreso de migrantes a la comunidad. Esto ha generado desconfianza y conflicto con la población migrante.

Los movimientos migratorios a través de la región del Darién han tenido un impacto complejo y multifacético en las comunidades locales, especialmente en la Comarca Emberá – Wounaan. Las necesidades de las comunidades locales y de la población migrante son diversas y requieren respuestas adecuadas y coordinadas. Garantizar la cohesión social y la convivencia pacífica en este contexto es fundamental para lograr un desarrollo sostenible, proteger los derechos humanos y preservar la dignidad de todas las personas involucradas. Y ahí, Infosegura, aportará su conocimiento para llevar adelante este proyecto.