Avances y desafíos en la seguridad ciudadana de Centroamérica y República Dominicana en 2023
A primera vista podríamos decir que 2023 ha sido un buen año para la seguridad ciudadana en Centroamérica y la República Dominicana. Eso es al menos lo que refleja el descenso de un 8.2% en la tasa de homicidios con respecto a 2022, hasta situarse en 17.3 por cada 100 mil habitantes, la más baja de las últimas décadas.
Sin embargo, si tenemos en cuenta que cada día 20 personas pierden la vida en la región de forma violenta, queda claro que aún hay mucho por hacer.
Esas son dos de las principales conclusiones del "Análisis preliminar sobre la situación de la violencia y seguridad ciudadana, enero a diciembre de 2023", elaborado por el proyecto regional PNUD-Infosegura, en alianza con USAID, con datos de diversas fuentes gubernamentales.
Con los resultados del análisis en la mano, es innegable que la región sigue siendo la más violenta del mundo: Latinoamérica registra el 33% de los homicidios con tan solo el 8% de la población. Las causas son varias: desde el crecimiento del crimen organizado relacionado con el tráfico de drogas, a la proliferación de pandillas o a razones estructurales que van desde el bajo crecimiento económico, hasta la dificultad de acceso al empleo, pasando por la crisis climática o la inequidad de género. Y todo ello potenciado aún más si cabe tras la pandemia de COVID-19.
Para luchar contra este problema es necesario entender la seguridad ciudadana con un anclaje territorial, reconociendo las disparidades no solo entre países, sino incluso dentro de cada uno de ellos, y la necesidad de estrategias específicas adaptadas a realidades locales.
Un análisis más detallado de los datos muestra que hay determinadas zonas que mantienen altas tasas de violencia de forma crónica. En general se observa una disminución en el número de víctimas de violencia homicida en aproximadamente dos tercios (66.0%) de los departamentos, provincias o distritos, mientras que el resto experimentó incrementos (32.1%) o se mantuvo igual (1.9%). Los lugares con mayores índices de homicidios suelen ser aquellos con alta densidad poblacional, como ciudades capitales o áreas de actividad económica concentrada, además de ser fronterizos y ubicados en las costas, esto último especialmente en Costa Rica y Honduras.
Estas son las áreas en las que tradicionalmente operan las bandas de crimen organizado, cuya presencia ha repuntado en países como Costa Rica. Según un análisis sobre la dinámica territorial de las extorsiones, los homicidios y las criminalidades asociadas realizado en 2019 por el proyecto regional PNUD Infosegura, existe una relación entre los homicidios y la presencia del crimen organizado, por un lado, y entre las extorsiones y la presencia de pandillas, por el otro.
El proyecto regional Infosegura ha desempeñado un papel fundamental durante casi 10 años en el fortalecimiento de la seguridad ciudadana. Ha apoyado el diseño e implementación de numerosos instrumentos, desde leyes hasta estrategias nacionales y locales, consolidando capacidades técnicas y analíticas en los países de la región. Su enfoque en la creación y fortalecimiento de ecosistemas de datos, la interoperabilidad entre instituciones y el uso de herramientas innovadoras refleja un compromiso continuo con la reducción de la violencia y la mejora de la calidad de vida.
Desde la digitalización de evidencias criminales en Belice hasta el desarrollo de sistemas de datos abiertos en Honduras, Infosegura, siempre en alianza con USAID, ha demostrado su capacidad para catalizar respuestas efectivas. La introducción de la asistente digital basada en inteligencia artificial, Sara, destaca la innovación en la prevención de la violencia contra mujeres y niñas.
En conclusión, el panorama de la seguridad ciudadana en Centroamérica y la República Dominicana es complejo, con avances significativos pero desafíos persistentes. La información oportuna y estratégica, respaldada por la voluntad política a largo plazo, se erige como la clave para implementar soluciones que transformen positivamente la realidad de la ciudadanía en la región.